miércoles, 5 de diciembre de 2007

´08 Festival Música Clásica por los Caminos del Vino


Los Festejos de Semana Santa fueron el puntapié inicial que dio forma al ciclo que acerca la música clásica a mendocinos y turistas. Con el correr de cada edición, el encuentro fue adquiriendo un lugar de importancia dentro de las propuestas que ofrece la provincia y hoy es una cita obligada que invita a disfrutar de músicos de prestigio mundial.

Desde hace siete años, durante Semana Santa Mendoza tiene una cita ineludible con la Música Clásica. Un ciclo que le puso el sentido que le faltaba a la experiencia única de degustar un buen vino mendocino.

La memoria nos lleva al 2000. Ese año es fundacional para Música Clásica por los Caminos del Vino. Los cronistas indican en ese año el tímido comienzo con siete conciertos para Semana Santa, en siete iglesias tradicionales de la Ciudad de Mendoza. El programa se circunscribía a la música sacra, como parte de los actos que conmemoraban las tradicionales fiestas cristianas, en los que se presentaron sólo músicos mendocinos. Fue el inicio de una estrategia para gestionar el ocio en el fin de semana largo y poder ofrecer espectáculos a mendocinos y turistas. La verdad es que fue la primera cepa de un ciclo que comenzó a vivir al amparo del cáliz y el retumbar de los pies de los peregrinos.

El 2001 llegó con nuevos aires para Música Clásica por los Caminos del Vino. El apoyo de la Secretaría de Turismo de la Nación fue clave para comenzar a definir lo que es hoy el Festival. Se incorporaron bodegas como escenario de los conciertos y llegaron a Mendoza la Orquesta Sinfónica Nacional y el Maestro Alberto Lisy. Este fue el año del lanzamiento nacional del encuentro, con su televisación por Canal 7 Argentina para todo el país.

Al año siguiente, la crisis del 2002 no pudo con Música Clásica por los Caminos del Vino. Nuestro festival se realizó exclusivamente con artistas mendocinos, quienes se presentaron en veinticinco conciertos, un número significativamente mayor respecto del año anterior. En el 2003, por primera vez, la crítica nacional ponderó los espectáculos y el festival dio muestras de consolidación. Ese año comenzaron a tomar cuerpo los intercambios musicales y a apreciarse sus resultados. Nos visitó el maestro Juan Manuel Quintana, especialista en música barroca.

En el 2004 los grupos mendocinos se consolidan como parte del festival y los invitados nacionales e internacionales suman prestigio a la propuesta. Fueron treinta conciertos que quedarán en la memoria como la demostración de que el esfuerzo conjunto hace posible las empresas más utópicas. Entre los prestigiosos músicos invitados se destacaron Fernando Hasaj, concertino de la Camerata Bariloche, y el Quinteto Filarmónico, conformado por solistas de la Filarmónica del Teatro Colón. También nos visitaron Enrique Maltz y Margalit Gafni, ambos solistas de la Filarmónica de Israel. Este año se desarrollaron clínicas de instrumento para alumnos de las carreras de Música de la Universidad Nacional de Cuyo.

El 2005 contuvo crónicas que pusieron al ciclo en la historia grande de los festivales del género. Por primera vez participó Bodegas de Argentina, emulando al Fondo Vitivinícola de Mendoza. Se sumó el interés de músicos locales en participar de la propuesta, quienes dieron el presente con meses de anticipación. Así fue posible programar 42 conciertos, organizados en bodegas grandes y también en las familiares, artesanales y boutique, a los que asistieron más de 40 mil espectadores. Ese año estuvieron el Ensamble de Profundis, máximo organismo cultural de Uruguay, Parthenia, Felipe Browne (Chile), Dora de Marinis, Silvia y Elena Dabul. La Música Sinfónica y Opera tuvo un capítulo muy especial con la actuación de Darío Volonté y Vera Cirkovic, junto a la Orquesta Filarmónica de Mendoza, en el escenario flotante del Lago del Parque General San Martín y en el Teatro Chacho Peñaloza de San Rafael. También actuaron el Trío Luminar, el Cuarteto de Cuerdas Dionysus y el dúo conformado por Narciso Benacot (violinista local de proyección internacional, creador del Cuarteto Dionysus) e Inés Batura. Otras perlas fueron el Coro de Cámara de la Universidad Nacional de Cuyo, con un repertorio de Arvo Part (compositor contemporáneo de la exURSS), y el Ensamble Nacional del Sur, del Maestro Oscar Edelstein (titular de la cátedra de composición de la Universidad Nacional de Quilmes), dirigiendo sus propias obras en un concierto único que sorprendió a la critica nacional.

En la edición 2006 se realizaron más de 40 conciertos en bodegas, iglesias, teatros, espacios culturales y escenarios naturales de toda la provincia. Se presentaron la Orquesta Filarmónica de Mendoza junto a la antológica Adelaida Negri (soprano), el Maestro Ernesto Acher quien, acompañado por el trío del gran Jazz Man Jorge Navarro; Beatriz Fornabaio (soprano) y Marcelo Ayub (piano); el dúo Silvia Nasiff y Dora De Marinis (canto y piano); el Dúo Plana - Martí (flauta y guitarra); Fenicia Cangemi – Betty Piotante – Gregorio Torcetta; la Camerata San Juan, dirigida por Nicolás Rauss, y el trío Benacot (violín) – Borzani (violín) – Batura (piano).

Foto: Ensamble SURSUM CORDA bajo la dirección de Ernesto Acher

La edición 2007 contó con presencias de reconocimiento mundial, como el violinista Guidon Kremer y la Kremerata Báltica, quienes obtuvieron un Grammy por su último disco "After Mozart", en la categoría Mejor Ejecución de Pequeño Ensamble. El violinista argentino Alberto Lysy, la música antigua de la mano del conjunto suizo "Música Fiorita", dirigido por Daniela Dolci. El uruguayo Rafael Bonavita, especialista en guitarra barroca e instrumentos antiguos de cuerda pulsada; el renombrado gambista y director Juan Manuel Quintana (ganador del Diapason d'or, Classica, Le monde de la musique, Cannes Classical Awards), dirigiendo el Oratorio "La Resurrección" de Handel, en su primera audición en Mendoza.

La apertura del Festival Internacional de Música Clásica por los Caminos del Vino estuvo a cargo de la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo, quienes realizarán la 5ta. Sinfonía de Mahler. El cierre del Festival, como todos los años, tuvo dos capítulos: uno en Capital y otro en el Sur, a cargo de la soprano mendocina Eliana Bayon, residente en España, junto al gran tenor argentino Luis Lima y el barítono Luis Gaeta, acompañados por la Orquesta Filarmónica de Mendoza.

La edición 2008 ya esta en marcha. Desde el Ministerio de Turismo y Cultura se está trabajando para ofrecer un festival que se renueva cada año. En esta oportunidad se dará un lugar de honor a las composiciones de autores latinoamericanos.






Foto: Gidon Kremer y la Kremerata Báltica

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